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En los secos meses de verano, desecados baobabs se hallan dispersos por el paisaje, con sus desnudas ramas cocinadas por el sol. El pasto se ha marchitado como resultado de la ausencia de lluvias, obligando a los animales del Parque Nacional Tarangire a congregarse nerviosamente alrededor de la única fuente de agua restante: el río Tarangire. Tal es el escenario durante una de las temporadas más emocionantes en este parque, en la que los visitantes verán a presas y predadores lado a lado.
Manadas de hasta 300 elefantes merodean las partes secas del río, excavando pozos para extraer agua a la superficie. Enormes boas trepan a los árboles y anidan entre las ramas, asustando a las más de 550 especies de aves que habitan en el parque. El raro órice beisa y la gacela de Waller pastan en la sabana. Animales migratorios como el ñu y la cebra transitan Tarangire durante ciertos periodos del año, atrayendo a los leones arborícolas y los elusivos leopardos residentes.
El parque se encuentra a dos horas en auto del aeropuerto más cercano, aunque los huéspedes también pueden volar directamente al Aeropuerto Internacional Kilimanjaro a 46 kilómetros de Arusha. La proximidad de Tarangire a Arusha, el área de conservación de Ngorongoro y el Serengueti lo hacen una adición o escala ideal a un itinerario en Tanzania.